EVIL DOES NOT EXIST
Takumi y su hija Hana viven en el pueblo de Mizubiki, cerca de Tokio. Como generaciones anteriores, llevan una vida modesta según los ciclos y el orden de la naturaleza. Un día, los habitantes del pueblo se enteran de un plan para construir un glamping cerca de la casa de Takumi; ofrecer a los residentes de la ciudad una cómoda "escapada" a la naturaleza. Cuando dos representantes de una empresa de Tokio llegan al pueblo para celebrar una reunión, se hace evidente que el proyecto tendrá un impacto negativo en el suministro de agua local, lo que provoca malestar. Las incompatibles intenciones de la agencia ponen en peligro tanto el equilibrio ecológico de la meseta natural como su modo de vida, con unas secuelas que afectan profundamente a la vida de Takumi.