Presentación a cargo de Dave Kehr, conservador del Departamento de Cine del MoMA

Desde su primera obra pionera en Suecia, Victor Sjöström se interesó por la intersección entre paisaje y psicología, por el modo en que el mundo natural configuraba la esencia de los pensamientos y sentimientos de sus personajes y reflejaba esos pensamientos y sentimientos en su grandeza metafórica. Sjöström abandonó en gran medida su interés por el paisaje en Suecia cuando llegó a América en 1923, con la espectacular y singular excepción de The Wind. El escenario es el desierto del oeste de Texas, una tierra de altas temperaturas, escasas precipitaciones y ninguna sombra, a la que una frágil joven del este (Lillian Gish, en una de las grandes interpretaciones del cine mudo) ha sido empujada contra su voluntad, totalmente desprevenida para la desolación -física, social, psicológica- que le espera. El asalto es total e implacable, como el viento crudo que no cesa de soplar sobre el paisaje lunar. Los exteriores se rodaron, en condiciones difíciles, en el desierto de Mojave, en el sur de California.

Restaurada por el Museo de Arte Moderno con el apoyo del Lillian Gish Trust for Film Preservation.