Hace sesenta y cinco años, Alfred Hitchcock estrenó su elegante y brillantemente autoparódico thriller de espionaje, que cambió todas las producciones de acción de Hollywood. Un exitoso ejecutivo de Madison Avenue (Cary Grant) es confundido con un federal por agentes extranjeros (liderados por James Mason, villanamente elegante) y empujado a una mezcla de imponentes escenas a través del país.

La ópera prima de Harmony Korine es una evocación audaz y lírica de los bajos fondos rurales de Estados Unidos y una elegía en la tradición gótica sureña de William Faulkner y William Eggleston. Rodada en Nashville, la ciudad natal de Korine -en lugar de Xenia, Ohio, devastada por un tornado-, la áspera película sigue a dos jóvenes amigos, Tummler y Solomon, que recorren la ciudad a caballo, esnifando pegamento y cazando gatos callejeros, con cada encuentro local cargado de anarquía vodevilesca y profundo patetismo.

Un programa especial de dibujos animados clásicos recién restaurados del prolífico animador, director y productor Walter Lantz de los directores Paul Smith, Tex Avery, James Culhane y el propio Lantz. Con, entre otros, los legendarios personajes Woody Woodpecker (la mascota de Universal Pictures), Chilly Willy (el único pingüino no equipado para el frío), Smedley Dog (un sabueso antropomórfico), y Professor Dingledong (un científico loco con acento alemán).

El escenario es el desierto del oeste de Texas, una tierra de altas temperaturas, escasas precipitaciones y ninguna sombra, a la que una frágil joven del este (Lillian Gish, en una de las grandes interpretaciones del cine mudo) ha sido empujada contra su voluntad, totalmente desprevenida para la desolación -física, social, psicológica- que le espera.

(SAYAT-NOVA) Impresionante fusión de poesía, etnografía y cine, la obra maestra de Sergei Parajanov rebosa imágenes y sonidos inolvidables. En una serie de cuadros que mezclan lo táctil con lo abstracto, El color de las granadas revive el esplendor de la cultura armenia a través de la historia del trovador del siglo XVIII Sayat-Nova, trazando su crecimiento intelectual, artístico y espiritual mediante composiciones iconográficas en lugar de la narrativa tradicional.

Trabajando juntos por duodécima vez, John Wayne y el director John Ford forjaron The Searchers en un western emblemático que ofrece una imagen indeleble de la frontera y de los hombres y mujeres que la desafiaron. Wayne interpreta a un ex soldado confederado que busca a su sobrina, capturada por los comanches que masacraron a su familia. No se rendirá ante el hambre, la sed, los elementos o la soledad.

Con guión de Rod Serling (The Twilight Zone) y Michael Wilson (The Bridge on the River Kwai), basado en la novela de 1963 de Pierre Boulle, este clásico de la ciencia ficción nos presenta a una tripulación de astronautas (Charlton Heston, Jeff Burton y Robert Gunner) que se estrella en un planeta en un futuro lejano, donde los simios parlantes inteligentes son la especie dominante, y los humanos son los oprimidos y esclavizados.

Presentaciones y debate con archiveros, historiadores, conservadores y expertos en conservación. Entrada gratuita y almuerzo en la tercera planta. Presentaciones a cargo de: Alan Berliner. Cineasta y artista. La obra de Berliner figura en la exposición de la tercera planta de SHC «Piensa como un cineasta». Joe Lauro. Director general de Historic Films Archive. David Schwartz. Comisario independiente, escritor y representante de The Film-Makers' Cooperative, la mayor y más antigua distribuidora de cine independiente y de vanguardia del mundo.

Con la introducción de las películas de pequeño calibre en 1923, nació el cine doméstico asequible. En las décadas siguientes se rodaron miles de rollos de película para aficionados, lo que constituyó uno de los mayores y más significativos corpus de imágenes en movimiento producidos en el siglo XX.

«Soy un paseante urbano y un cineasta urbano de fenómenos interiores y exteriores, un cronista de la invisible vida cotidiana de la ciudad. Sin equipo ni artilugios extravagantes, me dedico a lo mío y trato de mezclarme con la gente. Sí, a veces encuentro resistencia, y un gesto de «no, no», pero la mayoría de las veces me dejan en paz, sobre todo en mi vejez, «ese viejo loco».

Gunman's Walk, el seminal western en CinemaScope de Phil Karlson que se centra obsesivamente en las oscuras cargas familiares, escenifica la rivalidad entre un padre y su hijo sustituto que se intensifica hasta convertirse en un enfrentamiento homicida digno de una tragedia griega.

El novelista Richard Harland (Cornel Wilde) parece haber encontrado a la mujer perfecta en Ellen (Gene Tierney), una hermosa mujer de la alta sociedad que inicia un romance relámpago y le lleva al matrimonio antes de que él pueda pensárselo dos veces. Sin embargo, la superficie vidriosa de la devoción de Ellen pronto revela profundidades monstruosas, a medida que Richard se da cuenta de que su esposa es escandalosamente posesiva y puede ser capaz de destruir a cualquiera que se interponga entre ellos. Una singular obra maestra de Hollywood que bebe libremente tanto del cine femenino como del cine negro, Déjala en los cielos cuenta con la elegante dirección del especialista en melodramas John M. Stahl, la ardiente fotografía en Technicolor de Leon Shamroy y la escalofriante interpretación de Tierney, cuya Ellen es una mujer fatal como ninguna otra, una mujer cuyo amor es tan puro como venenoso.

Dorothy Arzner, una de las únicas directoras de Hollywood de principios del siglo XX que ayudó a lanzar las carreras de Katharine Hepburn, Lucille Ball y Rosalind Russell, fue la primera mujer que dirigió una película sonora. The Wild Party, la primera película sonora de Paramount, fue también la primera oportunidad para los aficionados de oír hablar a la estrella de la época muda Clara Bow.

El título, The Gang's All Here (La pandilla está toda aquí), podría referirse al contenido de la bolsa de trucos de Busby Berkeley, que envía esta sentimental historia de amor bélico al espacio exterior.

LLÉVAME EN TUS BRAZOS) Conflictos de clase y tormentos eróticos llegan a su punto álgido en la formalmente atrevida obra maestra de Julio Bracho, uno de los melodramas más importantes de la década. Llévame en tus brazos sigue a la hija de un pescador (la incomparable Ninón Sevilla, que también ejerce de productora no acreditada junto a los hermanos Pedro y Guillermo Calderón) a través de una pesadilla de explotación y miseria -en el camino se convierte en una soubrette famosa- para borrar las deudas de su padre mientras intenta, una y otra vez, reunirse con su verdadero amor (Armando Silvestre).

El director Gus Van Sant (Drugstore Cowboy, My Own Private Idaho) añade capas provocativas de significado a este examen oscuramente divertido de la sociopatía suburbana que golpea todas las marcas registradas del cine negro. La obsesión de todos los estadounidenses por las celebridades se vuelve monstruosa en esta sátira deliciosamente subversiva (y perturbadoramente premonitoria) de nuestra era mediada por la televisión y obsesionada por los crímenes reales.